
Alemania terminará dividida. Austria terminará librada a su propio destino. Los soviets extenderán su influencia hasta el Atlántico. Inglaterra tarde o temprano perderá la totalidad de su Imperio. Hasta Estados Unidos pronto pensará distinto sobre este estremecedor fenómeno mundial. Guerras raciales internas y una decadencia indetenible les hará perder su prestigio y poder mundial.
Suceda lo que suceda, Alemania renacerá en pocos años después de esta guerra. Y no será sólo por su propio esfuerzo. Alemania es tan imprescindible para Europa que hasta nuestros propios actuales enemigos tendrán que impulsar su reconstrucción. Nuestros campos y provincias destruidas serán repobladas en nuevas ciudades y pueblos... Volveremos a ser amigos de todos los pueblos de buena voluntad que habitan la tierra y junto con ellos haremos cicatrizar las heridas que deforman el noble rostro de nuestro continente.
Toda Europa y el mundo participará de los avances que le hemos dado a la Ciencia. Pero la pregunta decisiva es de si en este mundo más nuevo y brillante vivirán también personas más felices. Si nuestros enemigos imponen su voluntad, la humanidad naufragará en un mar de sangre y de lágrimas. Habrá guerras y más guerras que se sucederán prácticamente sin interrupción. Sin duda serán más reducidas y más aisladas geopolíticamente que esta guerra porque ya nadie se atreverá tan irresponsablemente a provocar una hecatombe semejante a la actual. Pero si bien podrán ser guerras mas reducidas serán tanto mas deshonrosas. El honor en el campo de batalla será definitivamente sepultado por la fría y sistemática decisión de matar y destruir a cualquier precio.
Los hombres se matarán por poseer las cosas más superfluas y banales. Las plutocracias naufragarán en una desesperada carrera por dar cada vez más lujos a la humanidad corrompida por la molicie. Al final las plutocracias terminarán por no poder dar de comer a una población cada vez más numerosa. Habrá otra vez hambre de desocupados. Y vendrá otra vez el bolcheviquismo a ofrecer de manera tentadora las mismas soluciones falsas que nos ofrecieron a nosotros durante ese monstruoso monumento al fracaso y a la ignominia que fuera la república de noviembre.
Y aquellos que querrán poner remedio a este estado de cosas no tendrán otra alternativa que volver la vista hacia lo que nosotros hicimos y hacia aquello por lo cual seguiremos peleando hasta el amargo final. Aquellos que quieran mejorar este mundo decadente y corrupto tendrán que comprender plutocracia y bolcheviquismo no son los dos únicos caminos transitables para redimir a la Humanidad de la miseria y el fracaso. Por que hay un tercer camino que es el nuestro, que es lo único y el mejor y que es aquel que Adolf Hitler nos señalara.
Vendrán hombres que aun sin mencionarnos, porque les estará prohibido o porque temerán hacerlo, intentarán transitar por este camino nuestro. Y serán combatidos y traicionados al igual que nosotros lo fuimos. Pero al final venceremos porque lo bueno y lo verdadero siempre triunfa en este mundo".
Joseph Goebbels
Berlín, 19 de abril de 1945
Dió en el clavo en todo menos en la última frase. Quizá sea yo un poco pesimista ¿Quién sabe?
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