"La misma persona admite sin más la «utilidad de ciertas nociones de escalada». Pero encuentra que con el tecnicismo se mata el aspecto cualitativo del alpinismo y, sobre todo, se sofoca su carácter de espontaneidad, de sinceridad, de originalidad. Todo lo que es contemplación y contacto directo con una de las formas más gradiosas de manifestarse la naturaleza no puede de dejar de resultar menguado. En el fondo, es sólo el aspecto americanizado del record lo que acaba por parecer importante. Y, por tal camino, se va a suponer que el verdadero alpinista es de los que aman la montaña en todas sus formas, no porque sea necesariamente el Cervino, la cima grande de Lavaredo o una determinada pared Norte, y que aun cuando se hagan milagros de resistencia al superar cualquier obstáculo, debe mantenerse siempre en primer plano el interés contemplativo y el impulso para tomar contacto con un mundo apto a desmentir lo que de gris y mecánico tiene la ciudad."
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