27 de septiembre de 2010

Proyectos de Antonio Sant'Elia. Arquitectura futurista

La Ciudad Nueva. 1914

La Ciudad Nueva. 1914

Rascacielos escalonado. 1914

Estación para aeroplanos y trenes. 1914

Central Eléctrica. 1914

24 de septiembre de 2010

Conferencia sobre Blas de Lezo y Olavarrieta

La conferencia, programada el próximo martes 28 de Septiembre por la Asociación para la Divulgación de la Hispanidad (DISAD) a las 20:00 horas en el Ateneo de Santander (c/ Gómez Oreña, 5), tiene por título “El Almirante Blas de Lezo. El vasco que salvó al Imperio Español” y estará impartida por Jose Manuel Rodriguez, economista, historiador y autor del libro “El vasco que salvó el Imperio Español”.

20 de septiembre de 2010

El Fronte della Gioventù en imágenes

Espacio en el que se pueden ver más de 800 imágenes (fotos, recortes, diseños, etc.) relacionadas con el Fronte della Gioventù, antigua organización juvenil del Movimiento Social Italiano (MSI). Pinchar aquí.







17 de septiembre de 2010

Carteles "Bibi Aído" en Medio Cudeyo

La concejalía correspondiente, impregnada por los conceptos de la denominada "ideología de género" y siguiendo la pauta del prescindible e inocuo ministerio de Igualdad, expone en los paneles de información municipal de Medio Cudeyo unos curiosos carteles. Lo importante es buscar la beligerancia contra el machismo como pretexto, aunque sea escarbando en el diccionario y la etimología de las palabras.



El Bígaro

7 de septiembre de 2010

Monolito a Matías Montero

Imagen de Puertochico en Santander en la que se puede ver el antiguo monolito dedicado a Matías Montero, obra de Javier González de Riancho, uno de los más importantes arquitectos de la región (también son suyos los diseños del Palacio de la Magdalena, la Plaza Porticada o el Palacete del Embarcadero entre otros), sirvió como homenaje al primer estudiante falangista caído. Nacido en Santander, estudiante de medicina y cofundador del SEU, fue emboscado por dos pistoleros socialistas y asesinado a balazos el 9 de febrero de 1934 en Madrid a los 20 años cuando regresaba solitario de participar en la venta del semanario F.E. Desgraciadamente el monolito fue retirado hace ya bastantes años aprovechando una de las oportunas remodelaciones que tanto gustan por el consistorio (se hablaba entonces de que iban a reubicarlo en la zona universitaria). Todavía estamos esperando.

Matías Montero y Rodríguez de Trujillo ¡PRESENTE!

6 de septiembre de 2010

"Invictus": cómo fabricar un falso héroe


En España, fechorías como la de la "memoria histórica" jamás hubieran sido posibles sin la manipulación de masas que ha supuesto el cine español en los últimos años. Eso sucede también a nivel internacional y un buen ejemplo de ello es la película Invictus, que da una imagen completamente distorsionada de uno de los iconos de la progresía -y también de los liberales- de todo el mundo: Nelson Mandela. La película supone un serio intento de consolidar al antiguo líder del Congreso Nacional Africano (CNA) como un ídolo moderno.

Clint Eastwood relata en Invictus el triunfo del equipo sudafricano de rugby liderado por François Pienaar en la Copa del Mundo de rugby. El triunfo queda asociado a la figura de Nelson Mandela, que da a los miembros del equipo los uniformes verdes y amarillos, símbolo de la "Nueva Sudáfrica" post-apartheid. El hábil gesto de Mandela le ganó el apoyo de muchos sudafricanos blancos y consiguió que buena parte de la población le identificara con los colores nacionales. Sin embargo esto no es todo, ya que tan solo se trataba de un mero gesto en el océano de la violencia marxista que asolaba la Sudáfrica de entonces.

La película edifica toda su estrategia de manipulación sobre los estereotipos raciales políticamente correctos de los blancos fanáticos y crueles y los negros oprimidos y bondadosos. Se trata de un estereotipo ya recurrente en el cine y en los medios en general, muy empleado en la guerra de propaganda que ciertas fuerzas -especialmente interesadas en la progresión del Nuevo Orden Mundial- emplean contra Occidente. En estas coordenadas, pronto resulta evidente que detrás de Invictus, una película magistralmente llevada y de enorme belleza cinematográfica, hay una clara intencionalidad política.

Primero, lo más sorprendente es la manera en que el triunfo se vincula a la figura de Nelson Mandela, por entonces solo un astuto político más al servicio del imperialismo soviético. Su estrategia de apoyo al equipo de rugby, en contra de las intenciones de su propio partido, constituyó un movimiento genial que, si bien aparece en la película, ignora deliberadamente el contexto complejísimo de la Sudáfrica de entonces. Eastwood no puede -no puede honestamente- separar la figura de Mandela de los treinta años de terrorismo y violencia por parte su CNA. En este sentido, la película recurre a reiterados flashbacks del encarcelamiento de Mandela en la isla de Robben, un lugar donde, según la película, parece que Mandela fue a parar por oponerse al apartheid. De manera subrepticia, se oculta que otros personajes de la Sudáfrica de entonces, como el obispo Desmond Tutu, se opusieron igualmente al apartheid sin ser jamás encarcelados. Entonces, ¿por qué fue encarcelado Mandela? El hecho es que Madela no recibió siquiera el apoyo de Amnistía Internacional ya que, pese a cometer numerosos crímenes violentos, había tenido un juicio justo y había sido razonablemente sentenciado.

Mandela era el dirigente del brazo armado del CNA y del Partido Comunista de Sudáfrica, el célebre "Umkhonto we Sizwe". Fue hallado culpable de 156 actos de violencia pública que incluían oleadas de atentados con bomba, muchos de ellos en lugares públicos, como el atentado de la estación de ferrocarril de Johannesburgo. Pese a que el presidente Botha ofreció a Mandela la libertad en varias ocasiones si renunciaba a la violencia, su ofrecimiento siempre fue rechazado. La película transmite la idea de que los negros tienen todo que perdonar a los blancos y que este es el fin de la historia. No se dice una palabra de las décadas de violencia espantosa del CNA no solo hacia los blancos sino hacia otros negros que no pertenecían al CNA. La Sudáfrica del apartheid, pese a todos sus defectos, atraía a dos millones de trabajadores de las naciones vecinas, muchas en poder de regímenes marxistas, fracasados y sanguinarios. La película silencia las bombas en los grandes almacenes o incluso en instalaciones nucleares, la supresión de críticos y opositores o el terrible necklacing -la especialidad de las guerrillas de CNA- en el que la gente, con frecuencia otros negros, eran quemados vivos con un neumático en torno al cuello incendiado con gasolina. Por entonces, los terroristas de Mandela asesinaron y torturaron a miles de campesinos blancos para, más tarde, reintegrarse en el Ejército Sudafricano actual, sin que ninguna plañidera internacional haya pedido un "ajuste de cuentas" como se hace con Chile o Argentina. Por muchísimo menos de lo que Mandela hizo en su día, Hamas o Hizbolah son tildadas de "terroristas" en todo el mundo occidental.

Tampoco habla la película del apoyo de Mandela y su partido a regímenes así mismo sanguinarios como el régimen castrista, el de Robert Mugabe o el régimen chino. Aunque Invictus liga la victoria del equipo de rugby a la figura de Mandela, no hace igual, como correspondería en justicia, con el crimen galopante y la ruina de la economía. En la película, solo durante un momento Mandela mira los titulares de un periódico en el que se habla de crimen y ruina económica. Esto no hace justicia en absoluto a la situación real: de hecho, durante los 46 años de gobierno del Partido Nacional, 18.000 personas murieron en tumultos, atentados o en calidad de víctimas de la policía o el ejército. La cifra contrasta con las 20.000-25.000 personas que mueren todos los años en la actual Sudáfrica, en tiempo de paz, convertida en uno de los países más violentos del mundo. Además, la Sudáfrica del apartheid, abominada por todos, se hallaba entonces en una situación económica que hoy debería de envidiar: pese a estar entonces acosada por el bloque soviético en un amplio frente subversivo y por las sanciones de los EEUU y sus aliados, pese a sostener una guerra instigada desde Cuba en su frontera, el Rand era mucho más fuerte de lo que es hoy. La Sudáfrica de Nelson Mandela, sin ninguno de esos problemas, es ya un gigantesco fiasco económico y ha dejado de sacar las castañas del fuego a los países circundantes que, dicho sea de paso, cuentan con todas las bendiciones de la comunidad internacional de naciones "democráticas".

Por último, queda por señalar el giro copernicano impuesto por el gobierno de Mandela en lo moral. De hecho, precisamente él y sus camaradas del CNA son quienes legalizaron en Sudáfrica cuestiones como el aborto -legal desde el 1 de febrero de 1997-, la pornografía y el juego. Nada de esto sale en la película, por supuesto. Como tampoco sale -ha sido completamente distorsionado- la importancia que para los componentes de aquél equipo de rugby tenía su fe cristiana. Sorprendentemente, y pese a que la película indica justo lo contrario, es un hecho constatable que aquél histórico equipo oraba tras cada victoria en el terreno de juego. El propio líder del equipo, François Pienaar, declaró en una entrevista a la BBC en 1995 tras la victoria que, cuando sonó el silbato que indicaba el final del encuentro "me puse de rodillas. Soy cristiano y quería decir una rápida plegaria por hallarme en aquél acontecimiento maravilloso y no solo por ganar. De repente, todo el equipo estaba en torno mío; fue un momento especial".

Toda este simplismo a la hora de tratar una situación incomprensible sin conocer el contexto africano de entonces, la guerra fría y el papel del CNA en la subversión de todo el Sur de África, solo puede entenderse como un acto de pura propaganda, encaminada a fabricar un falso héroe a la medida de los intereses de la mundialización.

Eduardo Arroyo

2 de septiembre de 2010

Bok van Blerk - De la Rey



Letra traducida:

Sobre una colina en la noche
Esperamos apostados en la oscuridad.
Entre el barro y la sangre, sigo allí pese al frío,
el viento y la lluvia que me penetran.
Mi hogar y mi granja
han sido reducidas a cenizas
para que nos puedan capturar.
Pero estas llamas y este fuego
ahora arde en el fondo de mí, en el fondo de mí.

De la Rey, De la Rey,
¿Vendrás a liderar a los Boers?
De la Rey, De la Rey,
General, general, como un solo hombre
caeremos alrededor suyo ¡ General De la Rey!

Escuchamos a los Kakis que ríen.
No somos mas que un puñado
contra todo su poder,
estamos con la espalda contra la pared,
piensan que todo está acabado,
pero el corazón de un granjero
es más fuerte y más grande
que lo que ellos puedan pensar.
Sobre su caballo llega galopando
el León de Transvaal del Oeste.

Porqué mi mujer y mi hijo
perecen en un campo
y la sangre de los Kakis
fluye sobre una nación que
un dia se levantará nuevamente.
De la Rey, De la Rey,
¿Vendrás a por los Boers?


Letra original:

Op 'n berg in die nag
lê ons in die donker en wag
in die modder en bloed lê ek koud,
streepsak en reën kleef teen my

en my huis en my plaas tot kole verbrand sodat hulle ons kan vang,
maar daai vlamme en vuur brand nou diep, diep binne my.

De La Rey, De La Rey sal jy die Boere kom lei?
De La Rey, De La Rey
Generaal, generaal soos een man, sal ons om jou val.
Generaal De La Rey.

Oor die Kakies wat lag,
'n handjie van ons teen 'n hele groot mag
en die kranse lê hier teen ons rug,
hulle dink dis verby.

Maar die hart van 'n Boer lê dieper en wyer, hulle gaan dit nog sien.
Op 'n perd kom hy aan, die Leeu van die Wes Transvaal.

De La Rey, De La Rey sal jy die Boere kom lei?
De La Rey, De La Rey
Generaal, generaal soos een man, sal ons om jou val.
Generaal De La Rey.

Want my vrou en my kind lê in 'n kamp en vergaan,
en die Kakies se murg loop oor 'n nasie wat weer op sal staan.

De La Rey, De La Rey sal jy die Boere kom lei?
De La Rey, De La Rey
Generaal, generaal soos een man, sal ons om jou val.
Generaal De La Rey.