27 de enero de 2010

Crítica de cine - Blow


*Contiene spoilers, aparece destripada gran parte de la película.

Blow es una película Made in Hollywood dirigida en 2001 por el ya fallecido Ted Demme que narra las peripecias de George Jung, uno de los primeros narcotraficantes a gran escala en Estados Unidos interpretado por Johnny Depp, sus peripecias en lo viajes para conseguir marihuana o cocaína, sus juergas con sus colegas traficantes (uno de ellos interpretado Jordi Moyà y otro por el gordo de Amercian History X), sus diferentes amoríos (uno de ellos interpretado por Penélope Cruz), sus estancias en la cárcel, lo que cabía esperar, vamos, la película está bien dirigida, con buen ritmo, funciona bien y las críticas fueron bastante buenas.

Hasta ahí todo normal, de nada por la recomendación, pero lo que nos ha hecho traerla aquí es el tratamiento del personaje principal y de las drogas en general que se hace en la película, si se analiza un poco en profundidad te das cuenta de que en realidad es un simplemente un homenaje a un señor que lo único destacable que ha hecho en su triste vida es colocar grandes cantidades de droga en cortos espacios de tiempo, es decir, un narcotraficante de alto standing con el que cualquiera que ve la película se ve cuasiobligado a empalizar.

¿Y cómo se consigue que el espectador acabe por tener a semejante criminal como un buen tipo?

Primero, lo de basado en hechos reales en una película sobre un traficante ya es para empezar a echarse a temblar, con esa pequeña licencia ya incitas al público a creer que absolutamente todo lo que aparece por la pantalla es real, cuando en realidad caracterizar y saber pequeños detalles que aparecen reflejados en la película son reales es prácticamente imposible, a no ser que se los haya contado el propio narco a los guionistas para que, con un poco de ingenio y dándole unas cuantas vueltas satisfaga tanto a los que quieren venderla como a él, que necesita auto-justificarse y quedar como un héroe de película para la posteridad.

Desde el principio se muestra a su padre como un currante nato que trabaja 14 horas al día los 7 días de la semana, a pesar de eso, acaba por arruinarse, el joven George se promete que nunca sería como su padre. Mensajito implícito: “Trabajar es para perdedores”.

Le pillan con marihuana y en el juicio le da un discursito a la jueza, “…no he hecho nada ilegal, he cruzado una línea imaginaria con un montón de plantas…” la jueza se ríe un poco con él, 20.000 dólares y volver a las andadas. Poco después le vuelven a pillar con varios kilos de marihuana y va a la cárcel, pero la cárcel no es como la del resto de las pelis (imagino que una cárcel americana a principios de los 70 no sería ninguna broma) pero en este caso la cárcel es como una especie de internado bien limpito en el que hace amigos, pues el resto de presos son buena gente y se dedica a mejorar en sus técnicas delictivas con otros de su calaña. En un par de años fuera otra vez.

Un amigo de la carcel le presenta a Pablo Escobar, gran capo colombiano de la droga y empieza a hacer dinero en grandes cantidades, grandes mansiones, coches de lujo, fiestas impresionantes… (un caramelito para cualquier hijo de la LOGSE con pretensiones) llega un momento en el que el prota llega a decir en voz en off con tono orgulloso”Nosotros inventamos el mercado, de hecho, si ustedes esnifaron cocaína a finales de los 70, hay un 85% de probabilidades de que la suministrásemos nosotros” es decir, se justifica en todo momento al responsable de envenenar gran parte de un país y de romper miles de familias.

Pero todo lo bueno se acaba y llega el momento en el que uno de sus antiguos colegas le traiciona y le roba sus contactos, una vez más el director, que en ningún momento le muestra utilizando armas o en actitud agresiva (seguimos hablando de uno de los mayores traficantes que ha habido en la historia) intenta y consigue hacer que el espectador sienta pena porque otro traficante le haya robado parte de su cuota de mercado. El banco en el que blanqueaba el dinero en Panamá se nacionaliza y pierde toda la pasta y para colmo de males le da un achuchoncillo, pero claro, el mismo dice que llega a meterse en una hora lo que otros consumidores normales consumen en semanas, todo un héroe, y encima vive para contarlo.

Después de todo y tras mucho pensarlo, ya que parecía haberlo dejado todo, vuelve al negocio con otro de los colegas que salían al principio de la peli cuando traficaba con marihuana, parece que el golpe ha salido bien casualmente justo en el último momento antes de acabar la peli, le dice a sus compinches que es su último trabajo, que va a dedicarse a cuidar a su hija y para rematarlo, les sube el sueldo un 15% (como para no adorarle al chico), pero estos resultan ser policías y le pillan de nuevo, hasta a ellos mismos les pesa detenerle por lo “buena gente” que era. Hoy el verdadero traficante en el que se inspira la película sigue en la cárcel, pero el mensaje final de la película no es el típico que se puede esperar para un hombre así, eres malo y pasarás el resto de tus días entre rejas, una voz en off se pregunta si ha merecido la pena, como no va a merecer la pena, "... si ha tenido más momentos intensos que los que por derecho le corresponderían y para muchos la vida les pasa de largo mientras hacen grandes planes que no llegan a cumplir...". ¡A traficar todo el mundo! (es broma, ehh).

Y bueno, todo este rollazo para poder hacernos a la idea del poder de persuasión que puede llegar a tener el cine, capaz de transformar en criminales a verdaderos hombres de honor y convertir en un ejemplo de éxito y modelo a seguir a auténticos criminales. Una muestra más del mundo enfermo en el que nos ha tocado vivir.

23 de enero de 2010

Bienvenidos a Cosmópolis

De la Serna asegura que continuará empadronando a inmigrantes

El alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, ha asegurado que el Ayuntamiento continuará cumpliendo la ley como hasta ahora y empadronando a los inmigrantes, sin establecer diferencias entre personas extranjeras y españolas.

"De ningún modo vamos a discriminar a ninguna persona por su procedencia y origen extranjero", ha dicho el alcalde, quien ha asegurado que todos ellos pueden y podrán continuar beneficiándose de las ayudas, servicios y programa que ofrece el Ayuntamiento en materia de empleo y formación, bienestar social, infancia e igualdad o vivienda.

De la Serna ha hecho estas afirmaciones durante una visita a la sede de la Asociación de ecuatorianos "Amigos en el Reencuentro", para conocer personalmente a la nueva junta directiva y las iniciativas en las que trabajan actualmente.

El nuevo presidente de la asociación, Luis Cuero, le ha expuesto las líneas de trabajo de la asociación y le ha trasladado al alcalde las inquietudes de sus asociados, fundamentalmente relacionadas con el empleo y el acceso a determinadas ayudas.

Desde el inicio de la legislatura, el Ayuntamiento ha fortalecido su apoyo al colectivo inmigrante en Santander, a través del CMICAD, un centro dedicado específicamente a temas referentes a inmigración.

El alcalde ha destacado, además, los intentos municipales por acordar un Plan Local por la Inmigración, que aunara las políticas autonómicas y municipales y en cuya redacción estuvieron presentes las asociaciones de inmigrantes del municipio.

Y ha lamentado que a pesar de ser una necesidad, el Gobierno "no haya querido reunirse a debatir este pacto".

El alcalde ha confirmado la disposición del consistorio santanderino a colaborar con ésta y con el resto de asociaciones de inmigrantes en la ciudad en la solución a sus necesidades y les ha agradecido su interés por integrarse en la sociedad santanderina y darse a conocer a las principales instituciones de la ciudad.

Rusia, Eurosiberia y los problemas de la identidad rusa (III de III)


III. ¿Una reserva cultural para Europa? La colonización cultural americana y el culto al dinero

La Rusia de los burócratas del mastodóntico Partido Comunista y de los gerifantes del ejército y el KGB ha acabado. Hoy vivimos en la Rusia de la economía liberal, de los grandes negocios, las grandes petroleras y multinacionales… los antiguos mercaderes del río Moscowa han vuelto, esta vez para ocupar los escalafones sociales más altos.

Un tópico sobre Moscú es cierto: las más opulentas fortunas conviven con las personas más miserablemente pobres y abandonadas en las mismas calles. Pero no sólo basta con ser extremadamente adinerado, los nuevos ricos rusos, antaño hambrientos y sin mucha más aspiración material aparte de vivir y poder lucir en su día un reluciente diente de oro hoy en día se esfuerzan y esmeran en poder exhibir de la forma más extravagante posible su riqueza, la cual a menudo dilapidan en auténticas horteradas y pasatiempos absolutamente frívolos, por pensar en un adjetivo lo menos ofensivo posible. Huelga decir que los vagabundos que bailan al son de las orquestas callejeras a la salida de las bocas de metro en los días de verano destilan mucha más felicidad, aunque desgraciadamente ésta no se alargue más que el tiempo que dura la canción, pues al acabar esta, recordarán que el mortal e inclemente invierno acecha a la vuelta de la esquina.

La cultura del dinero se ha hecho fuerte en Rusia y todo vale con tal de amasar fortuna, ¡Cuántas chicas jóvenes, guapas y bien educadas se prostituyen en los bares con ricos del lugar o extranjeros por meterse unos cuantos billetes arrugados al bolsillo!, ¡Cuántos cadáveres desmembrados por la mafia (que ya no suele bajar de las altas esferas) aparecen en los vertederos del país! El dinero vale y justifica todo para muchos. La superficialidad se palpa en el ambiente y las marcas estilo Dolce Gabbana en combinación con zapatos altos de tacón aparentemente lo más caros posibles proliferan, cual si ese fuera el vestuario oficial de las nuevas princesitas de la alta sociedad. La alta sociedad, al igual que en tiempo de los zares, sucumbe al culto al dinero y reniega de su cultura nacional cortejada por las influencias provenientes del Oeste. En este panorama el condón vuelve a confirmarse como el zapatito de cristal del siglo XXI, esta vez como vía fácil de promoción social y de acceso a mayor dinero y comodidades.

La música occidental y estadounidense se ha abierto camino fácilmente en el país, aunque eso no acaba de extrañar dada la dificultad de encontrar grupos de música rusos modernos con un mínimo de calidad. En cuanto al cine más de lo mismo (a pesar de algunas realizaciones rusas particularmente buenas llevadas a cabo en los últimos años).
Me temo que el carácter de Rusia como reserva cultural para Europa está en claro entredicho, al menos en lo que a su juventud y buena parte de su población adulta corresponde.

Conclusiones

Rusia continúa siendo un agente de enorme peso en el escenario mundial y una pieza fundamental para la consecución de un gran eje Eurosiberiano fuerte y autónomo. Sin embargo Rusia se ve afectado por los mismos problemas y ejes de conflicto que el resto de naciones europeas: la crisis de identidad, la inmigración masiva, la cultura materialista liberal, la colonización cultural americana y una gravísima crisis demográfica.

Los social-patriotas e identitarios de Europa debemos ser conscientes de que no hay Mesías ni Rusias blancas y eternas que nos liberen de la grave crisis que sufrimos. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de cambiar la situación que padecemos en la parcela de Europa en la que nos ha tocado vivir. Si en algún momento el texto ha podido parecer pesimista o negativo ha sido con el único fin de dejar clara esta idea.

Así mismo, debemos de contar con que el gran bloque Eurosiberiano no nos librará de tener que compartir espacio con otras razas, religiones, escalas de valores y concepciones vitales, aunque sea de una forma excepcional. Hay que ser conscientes de esta idea. Rusia ha sabido lidiar con esa situación durante siglos: nosotros también sabremos. Del mismo modo, Rusia ha sabido salir airosa de todas aquellas situaciones en las que parecía que iba a sucumbir. Esperemos que así sea una vez más, por el bien de todos los europeos del uno al otro extremo del gran eje Eurosiberiano.

Kulikovo

20 de enero de 2010

Rusia, Eurosiberia y los problemas de la identidad rusa (II de III)


II. Rusia: un país de inmigración

Recuerdo como hace unos años un joven amigo y camarada me comentaba una historia anecdótica sobre las impresiones de Guillaume Faye (creo recordar que era él) en una de sus visitas a Moscú. Guillaume Faye estaba encantado de observar una ciudad llena de gente eslava, sin inmigración ni el ambiente multirracial que se respira en cualquier capital francesa. De repente, ¡milagro! una persona negra aparece por la calle ante lo cual Guillaume Faye comenta con ironía “debe ser de ser francés” y en efecto: al preguntar al tipo sobre su procedencia resultó ser francés.

Desconozco en que año ocurrió aquella anécdota. Mi experiencia fue bien diferente. En el bullicio de las calles, el metro y los restaurantes de Moscú uno puede perfectamente sentirse en el corazón de la metrópolis de un vasto espacio absolutamente multiétnico. Se acabaron los años de emigración masiva tras los años de caos que siguieron a la caída de la URSS. Tras años de fuerte inmigración, los rusos (ruskii) se mezclan con otros ciudadanos de la federación no rusos (rossiianin) y, sobretodo, con ingentes masas de inmigrantes de tez oscura de los miles de pueblos del Caúcaso y sobretodo de miles de personas de rasgos asiáticos procedentes de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central (el 95% de los inmigrantes en los últimos años provenían de antiguas repúblicas soviéticas, fundamentalmente centrosiáticas ). A estos dos grandes grupos se suman, menos numerosos, inmigrantes de las procedencias más diversas (incluido algún negro no precisamente francés o afrancesado). Se estima que los inmigrantes llegan a sumar más de 15 millones de personas. Si comes en alguno de los restaurantes o lugares de comida rápida de la importante calle Tverskaya (si algún día alguien de vosotros anda por allí recomiendo el Mu-Mu por la relación calidad precio), lo más seguro es que te atienda algún tayiko o kirguiz.

El asunto no sólo afecta a la capital y las grandes urbes. En cualquier ciudad de Rusia pueden encontrarse inmigrantes ocupando alguna que otra actividad económica. El servicio de autobuses urbanos privados en San Petersburgo (recientemente eliminado por la alcaldesa de la ciudad para tormento de sus ciudadanos que deben esperar a que pase la línea pública en los horribles días de invierno) o los mercadillos callejeros en cualquier ciudad como por ejemplo Irkutsk, donde no parece que se esté tomando muy en serio la medida del gobierno ruso que prohíbe a los extranjeros vender en el comercio minorista (antes su número no podía superar un porcentaje del 40%).

Aunque no ha llegado al nivel alcanzado en los países occidentales, Rusia ya no es el país puro y virgen que soñábamos algunos. El terrible envejecimiento del país, su crisis demográfica, las medidas neoliberales del gobierno de Putin y el terreno abonado de largos años de ¿humanismo? Marxista (y previamente cristiano) han abierto la puerta a una de las grandes enfermedades del siglo XXI: la inmigración masiva y etnicida. No obstante, el gobierno de la Rusia Unida ha dado muestras de entender que la solución de los problemas del país en ningún momento está en la inmigración masiva y que ante todo, lo primero que cuenta son los problemas de los ciudadanos rusos.

La inmigración masiva, se ha convertido en Rusia, al igual que en el resto de países de nuestro continente, en uno de los grandes ejes de conflicto de nuestras sociedades tanto por sus causas y consecuencias socioeconómicas como por sus repercusiones culturales.

Kulikovo

19 de enero de 2010

Rusia, Eurosiberia y los problemas de la identidad rusa (I de III)

Rusia viene recibiendo una atención creciente en los últimos años. Tras el derrumbe de la Unión Soviética y el traumático fin de la era comunista el gigante eurosiberiano vuelve a recomponerse y a hacer valer su peso en el escenario mundial. Los gobiernos de Europa Occidental, necesitados del petróleo y del gas ruso tienden puentes al gobierno bicéfalo de Vladimir Putin y Dimitri Medvedev. Por su parte, Estados Unidos se debate entre su rechazo a ver levantarse de nuevo a una potencia regional fuerte que pueda molestar a sus intereses y su necesidad de contar con la cooperación rusa en el escenario centroasiático, más concretamente, en Afganistán.

Movidos por otro tipo de valores más allá de los económicos o de las conveniencias estratégicas circunstanciales, los movimientos identitarios y social patriotas europeos han puesto sus esperanzas en el resurgir del gran estado Rus y (dada la debilidad de Rusia o los países de Europa Occidental individualmente) en la articulación de un gran bloque que reúna a todos los pueblos europeos en un espacio independiente, autónomo, autosuficiente y con capacidad defensiva y tecnológica capaz de garantizar la paz, la prosperidad y la pervivencia de sus rasgos étnicos y culturales fundamentales. Este gran bloque recibe el nombre de Eurosiberia.

A menudo, los partidarios de este gran eje eurosiberiano hemos visto en Rusia además de una potencia capaz de hacer contrapeso a la hegemonía mundial de EE.UU., una reserva demográfica, espiritual y cultural de gran calado para Europa, pero ¿en qué medida es esto cierto?

Si uno lee un poco acerca de Rusia y tiene la oportunidad de visitar de forma más o menos profunda el país, se dará cuenta que el monolítico y unificador nombre de Rusia que salta todos los días en los titulares de prensa o el telediario, no es más que un convencionalismo bajo el cual se esconde una compleja y rica realidad muy distante de los tópicos uniformadores.

I. Rusia sigue siendo un imperio

Ante todo, al lector de esta entrada debe quedarle clara la siguiente idea: Rusia sigue siendo un imperio. Al decir esto, no trato de resaltar la idea de fortaleza que evoca la palabra “imperio”, sino el hecho de la existencia de una pluralidad de pueblos e identidades bajo un gobierno común controlado por representantes de la etnia mayoritaria rusa. A finales de los 80, la Unión Soviética reunía a una amalgama de pueblos y nacionalidades tal que el volumen de rusos no era superior al 50% de la población. Tras la caída de la URSS y la independencia de los antiguos pueblos bajo dominio de la hoz y el martillo, uno podría pensar que Rusia se había convertido en un estado-nación sin mayor diversidad en su interior, pero no es así. Los rusos son el grupo étnico mayoritario y dominante dentro de la nueva federación (79% de la población), pero conviven con otros muchos pueblos arraigados milenariamente en la zona. Simplificando mucho las cosas, señalaremos tres de los grupos étnicos minoritarios más importantes:

1- Los pueblos túrquicos de la Federación encuentran su grupo más numeroso y representativo en los tártaros, concentrados mayoritariamente en la república de Tartaristán, cuya capital en la importante ciudad de Kazán, a orillas del Volga. Suponen un 4% de la población rusa. Su religión es musulmana y sus rasgos faciales son enormemente diversos dada la larga mezcla histórica que han llevado entre mongoles, pueblos túrquicos y finalmente eslavos. Otro pueblo túrquico y musulmán de peso en la Rusia actual son los Bashkires, vecinos de los tártaros. Históricamente estos pueblos han tenido largas luchas y conflictos con los eslavos y dada su personalidad histórica tan diferenciada con los rusos étnicos, mantienen un sentimiento de identidad propio y un orgullo elevadamente altos.

2- De entre los pueblos mongoloides destacan los buriatos, de religión budista y con lengua y república propia entre Mongolia y el Lago Baikal. Los Kalmukos son otro pueblo de origen mongol y también budista, pero instalado a orillas del Mar Negro, en la esteparia república de Kalmukia, dentro de la Rusia europea. Ambos pueblos se han mostrado absolutamente poco conflictivos o rebeldes y se encuentran cómodamente integrados en la federación. Sin embargo, su parentesco con otros pueblos orientales y su cultura tradicional difiere enormemente de la rusa eslava.

En un tren entre Yekaterimburgo e Irtkusk tuve la ocasión de conocer a una chica Buriata. Como el trayecto duraba tres días pude hablar mucho con ella y conocerla bastante. A diferencia de las personas rusas con las que hablé, en vez de ir a vivir a Moscú quería trabajar en Ulan-Bator. Saltaba a la vista que disfrutaba mil veces más de la compañía de otros buriatos que de la de los rusos y su móvil estaba lleno de canciones de los últimos “hits” chinos, coreanos y japoneses (mientras que el móvil de la gente rusa acostumbraba a presentar una mezcla entre grupos americanos u occidentales y raperos rusos bastante horteras). No obstante, por lo que pude ver, la convivencia entre rusos y buriatos es del todo buena y natural. Una última curiosidad: Lenin tenía sangre kalmuka por parte de su padre.

3- Sobre los pueblos caucásicos podrían correr toneladas de tinta, pero no es el caso aburrir al personal. Resumiremos diciendo que el Cáucaso es un impresionante avispero de una enorme diversidad de nacionalidades (con muy malas relaciones entre sí) en del cual Rusia es árbitro y gendarme directo. Osetios, inguses, daguestanís, kabardinos y sobretodo chechenos contribuyen a formar una mezcla explosiva y un ambiente de tensión absoluto. No hace falta decir que los chechenos (musulmanes sunnies) son el grupo más numeroso de entre todos ellos y el más belicoso.

A diferencia de lo que ocurre en otros países de Europa, los rusos han sabido diferenciar entre lo que es un ruso y lo que es una persona con ciudadanía rusa. Un ruso (o russkii) sólo lo será aquel que pertenece al grupo étnico ruso. Las personas pertenecientes a otros grupos étnicos con ciudadanía o pasaporte ruso son llamadas “rossiianin”, algo traducible como “rusificados” o “arusados”. Se evita así la extraña situación por la cual se llama francés, alemán o español a personas que no tienen de tal más que el pasaporte, procedan de Senegal, Turquía o Perú.


¿Cómo reunir a estos pueblos tan diferenciados entre sí en un proyecto común y como hacer que se sientan integrados y cómodos compartiendo gobierno y espacio con la mayoría rusa dadas las grandes diferencias culturales entre las partes? La respuesta no debe ser fácil contando con que Stalin, georgiano de nacimiento, optó en la mayoría de los casos por el Gulag y el exterminio físico o cultural. La Unión Soviética y su obsesión por erradicar la identidad tradicional de los pueblos y las creencias religiosas sustituyendo todo por la pretendida lucha de clases y la nueva religión marxista pudo congelar (con brutales niveles de represión) pero nunca eliminar esta problemática, de forma que la Rusia actual se ve obligada a lidiar con la situación.

La Federación Rusia ha tratado de separar religión y gobierno, lo personal y las políticas racionales estatales (el Dominium y el Imperium que diría Jean Thiriart), posicionándose como un estado secular que de cabida a todas las religiones y nacionalidades que se encuentren en su seno tratando de mantener una independencia con las mismas. El resultado es que la religión musulmana y el budismo gozan de un nivel de oficialidad en Rusia tan alto como el de la religión cristiano-ortodoxa, del mismo modo que un ruso es tan ciudadano de la federación como un tártaro o un pseudoesquimal chukchi (por cierto, que Roman Abramovich fue gobernador de la región de Chukotka). Es por todo esto que si uno camina por las calles de San Petersburgo o Moscú no debe extrañarse si encuentra una enorme mezquita en sus calles. En Rusia existen entre 15 y 20 millones de musulmanes nativos y practicantes.

Pese a las simpatías de Vladimir Putin hacia la Iglesia Ortodoxa, tras el referéndum de los minaretes en Suiza a nadie debería asombrarse de que la prensa rusa y el gobierno de Moscú alertaran sobre la xenofobia en Europa de la misma forma que lo hizo la prensa y los gobiernos de los países de la Unión Europea: el pragmatismo y el sentido común aconsejan que si se desea mantener el dominio de las repúblicas musulmanas y asegurar la convivencia de todas las partes en la federación, el respeto a las creencias tradicionales de sus ciudadanos no debe tener dobleces. Nadie debería esperar que ningún gobierno ruso que desee seguir manteniendo las fronteras actuales de la Federación les apoye en cruzadas contra el Islam. La diferencia es que en Europa Occidental el Islam es importado, de componente árabe y a menudo agresivo tanto en sus aspiraciones sociales como territoriales, mientras que en Rusia es nativo y de carácter túrquico y secularizado.

Las prácticas musulmanas moderadas que profesaban los pueblos musulmanes túrquicos de Rusia han podido convivir con las formas de vida de la población no musulmana mayoritaria de forma más o menos satisfactoria. Sin embargo dos tendencias hacen peligrar este modelo:

1- La infiltración del islamismo radical en Chechenia y la creciente tensión entre Europa y el mundo islámico que tenderá a arrastrar en la espiral de conflictos al gobierno ruso y a la población de diferentes creencias, amenazando con poner en entredicho la neutralidad del primero y la convivencia de los segundos.

2- Las fuertes y crecientes migraciones dentro de Rusia que ponen en contacto población de diversas etnias y creencias religiosas en los grandes centros neurálgicos de Moscú y San Petersburgo en los cuales, a pesar de la diversidad del país, la población eslava no estaba a convivir con volúmenes de población significativos de creencias o sustratos étnicos diferentes, potenciando el surgimiento de nuevos conflictos.

Puede que no sea posible predecir el desarrollo futuro de estas dos líneas de tensión, pero es del todo seguro que el gobierno ruso pondrá todos sus esfuerzos en conciliar las diferentes etnias, nacionalidades y creencias religiosas de su imperio con el objetivo de garantizar la integridad territorial de la Federación (sin que ello sea inconveniente para plantar cara al fundamentalismo islámico que pretenda infiltrarse en su territorio). Dado que Rusia no cederá en lo que respecta a su política respecto a las minorías nacionales, el partidario de un gran eje eurosiberiano debe plantearse como inevitable (aunque sea como hecho de excepción) la presencia de pleno derecho de otras etnias y religiones dentro del gran bloque eurosiberiano si es que realmente desea el mismo.

Kulikovo

16 de enero de 2010

"Asfixia" de Chuck Palahniuk‏


Hoy toca hablar de literatura y más concretamente del libro que lleva por título "Asfixia" de un autor que en España, para muchos, es un auténtico desconocido. Su nombre es Chuck Palahniuk, de origen americano, nacido en Washington en 1962. En su pluma hayamos un soplo de aire fresco dentro del mundo moderno literario, además de ser un gran lanzador de dardos punzantes hacia la sociedad bien-pensante, consumista y estúpida en la que nos ha tocado vivir.

Particularmente cansado de las novelas que tanto abundan de seres irreales (como vampiros, magos, etc.) y las históricas (si son españolas, generalmente de la guerra civil), un gran amigo puso en mis manos este ejemplar, bajo su sabia recomendación. Yo ya conocía a Chuck Palahniuk pues suya es la obra maestra que lleva por título "El club de la Lucha", que más tarde llegaría al cine gracias al director David Fincher y protagonizada genialmente por Edward Norton y Brad Pitt. La verdad es que con este libro Palahniuk ya me había dejado encandilado. Libro, que desde estas líneas (al igual que la película), aprovecho para recomendar a absolutamente todos los lectores de Radix.

La crítica de Hollywood fue dura con Palahniuk, incluso hubo medios de comunicación que llegaron a acusarlo de filofascista e instigador de odios, todas las “perlas” políticamente correctas que le pueden dedicar a un escritor "vanguardista". Evidentemente, tras el éxito de "El Club de la Lucha", tuvieron (y eso que les cuesta lo suyo) que morderse la lengua e incluso alabar a dicho autor ("donde dije digo, digo Diego").

En “Asfixia” Chuck utiliza la sátira, la ironía (de manera magistral, por cierto) e incluso en ocasiones, es excesivamente ácido y punzante con la farsa de mundo que nos rodea, y sobre todo, con nuestra patética manera de vivirlo. Página a página, con un lenguaje soez y,a veces, escatológico, sexual y animado… Chuck hace que sintamos vergüenza ajena de pertenecer a la misma especie humana que Víctor. Una crítica total a la sociedad en general y a los individuos que la forman. Garantizado que el libro se lee con una sonrisa en la cara y al final se acaba teniendo hasta cierta “simpatía” o química con el personaje principal.

Víctor, estudiante de medicina fracasado, es un adicto sexual que acude a terapias con la única intención de conocer allí a más mujeres. Con una infancia que marcó su vida y carácter, debido a que su progenitora tenía problemas mentales y una vena anárquica extrema), también había estado prisión en numerosas ocasiones. La madre de Víctor cae gravemente enferma, los costes de mantenimiento en la clínica se hacen inaccesibles con el sustento de un mero “actor” de la América colonial... Por ello Víctor idea un plan, fingir que se asfixia en diferentes restaurantes de la ciudad para que la persona que acuda a “savarlo” se sienta responsable de él durante el resto de su vida y le emita cheques. Realizando esto en cientos de restaurantes, el dinero está garantizado. El final, evidentemente, no os le voy a desvelar… pero si os garantizo que es un final inesperado y muy “Palanhiokudo”.

Portus Victoriae

13 de enero de 2010

Innato Senso Di Allergia - La crisi



Letra traducida:


Yo no quiero justificar a los que hacen su propio negocio
Y después lloran por tener todavía más necesidades
¡Cuántas lágrimas he oído de alguien que dice!:
"Ya no puedo seguir adelante", y luego los ves ahí con:
Todoterreno nuevo, relojes de oro, vacaciones en la nieve
Entonces dice: "¡No hay 'trabajo!"
Restaurantes llenos, TV digitales ...
¡La única crisis es la que tienes en tu interior!

Centros comerciales y bancos y tarjetas para poder comprar
Aunque no puedas permitirte la vida que quieres hacer
Enarbola más alto la bandera de vuestra libertad
Pero yo digo que no está hecha para eso
Todoterreno nuevo, relojes de oro, vacaciones en la nieve
Entonces dice: "¡No hay 'trabajo!"
Restaurantes llenos, TV digitales ...
¡La única crisis es la que tienes en tu interior!

¿Te has dormido con sus falsos mitos para vender felicidad?
Nosotros en cambio te ofrecemos la mejor cura
No seas un esclavo que se destruye:
Todoterreno nuevo, relojes de oro, vacaciones en la nieve
Entonces dice: "¡No hay 'trabajo!"
Restaurantes llenos, TV digitales ...
¡La única crisis es la que tienes en tu interior!

Letra original:

Io non voglio più giustificare chi si fa gli affari propri
E poi piange per avere ancora più bisogni
Quante lacrime che sento di chi dice:
«Io non riesco più ad andare avanti!» e poi li vedi in giro con:
Fuoristrada nuovi, orologi d’oro, settimane bianche
Ti dice poi: «Non c’e’ lavoro!»
Ristoranti pieni, TV digitali...
L’unica crisi è quella che hai dentro te!

Centri commerciali e banche e carte per poter comprare
Anche se non puoi permettere la vita che vuoi fare
Sventola più alto ancora la bandiera della vostra libertà,
Ma io vi dico che non è fatta per avere:
Fuoristrada nuovi, orologi d’oro, settimane bianche
Ti dice poi: «Non c’e’ lavoro!»
Ristoranti pieni, TV digitali...
L’unica crisi è quella che hai dentro te!

Ti hanno addormentato con i loro falsi miti per venderti felicità
Noi ti offriamo invece la migliore cura
Non essere schiavo e poi distruggeremo i loro:
Fuoristrada nuovi, orologi d’oro, settimane bianche
Ti dice poi: «Non c’e’ lavoro!»
Ristoranti pieni, TV digitali...
L’unica crisi è quella che hai dentro di te!



9 de enero de 2010

Lucharemos

¡Veo en vuestros ojos, el mismo miedo que encogería mi propio corazón! ¡Pudiera llegar el día en que el valor de los hombres decayera, en que olvidáramos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunidad, pero hoy no es ese día!
¡Hoy, LUCHAREMOS!

Aragorn en el Retorno del Rey