21 de mayo de 2010

Reflexión


Vamos a echar un vistazo a los programas que nos presentaron los partidos que hoy nos gobiernan en coalición (PSOE Y PRC). Los sacamos ahora, después de cumplidos 3 años de mandato porque consideramos que ha sido tiempo suficiente para evaluar la gestión del ejecutivo (que además es el mismo de la legislatura pasada) antes de que en fechas pre-electorales los sustituyan por otros nuevos y radiantes documentos llenos de promesas que de antemano saben que no van a cumplir.

Los señores encargados de elaborar y aprobar los documentos son conscientes de que el papel lo aguanta todo, el electorado tiene muy poca memoria y pueden aparecer con nuevas tretas y embustes cada cuatro años y aquí no ha pasado nada, nadie va a pedirles cuentas. De hecho, su primera medida (no la busquéis en los programas, porque no está) fue la de subirse el sueldo, más ganan algunos banqueros y futbolistas, fue la revillada que soltó nuestro particular caudillo para justificarse.

Algunos de los estandartes de sus programas son familia, comunidad y asociacionismo, estandartes de los artífices de la actual sociedad, individualista, materialista y deshumanizada que tenemos. Nos venden folklore y cantabrismo pero no podemos dejar de sentir que nuestra cultura e identidad como pueblo se desvanece cada día que pasa. Decían que se iba a producir una nueva ruralización, pero no que iba a estar protagonizada sólo por vascos y en los fines de semana, mientras tanto, nuestro campo se muere y la ganadería y la agricultura están condenadas a ser actividades totalmente residuales.

Sin ningún tipo de rubor se nos habla en los documentos de pleno empleo, de déficit nulo, de trabajo y vivienda para todos, de trenes de alta velocidad... Nos decían que si les votábamos, los jóvenes no íbamos a tener que migrar para encontrar los puestos de trabajo para los que nos hemos formado, que en Cantabria iba a haber trabajo para todos, ahora lo que nos preguntamos es dónde.

Nos hablan en sus programas de igualdad de oportunidades de todas las personas en cualquier lugar, mientras páginas adelante ya anticipan las ayudas extraordinarias a los inmigrantes por el mero hecho de serlo. El enchufismo para colocar a sus afines y para dar o no dar contratos y licencias sigue estando al orden del día.

Prometían grandes inversiones en educación y sanidad y recorte tras recorte es lo único que encontramos, listas de espera cada día más largas y jóvenes cada vez menos preparados producen nuestras escuelas y universidades, el botellón y las drogas siguen fluyendo a buen ritmo, nadie va a protestar por nada.

Nos vendían eficaces políticas en urbanismo y ordenación del territorio y raro es el día que no aparece un nuevo escándalo al respecto, nuestro patrimonio histórico y cultural que tanto iban a proteger sigue desapareciendo a marchas forzadas y nadie asume las responsabilidades.

También indicaban en sus programas que en deporte y ocio los niños y el deporte base iban a ser su prioridad, pero les ha faltado tiempo para financiar los caprichos de los empresarios afines de turno en el deporte profesional, (pan y circo, que no falte).

Apenas dicen nada del asunto energético, pero de la noche a la mañana se les ocurrió que sería buena idea garantizar la creciente demanda con varios cientos de aerogeneradores que arruinarán nuestro paisaje.

Desafortunadamente en materia de inmigración sí que se han esmerado en cubrir todos los presupuestos, amenazaban con dar ayudas a todo individuo que se propusiese hacer negocio del asunto y no han escatimado en recursos, a golpe de subvención pretenden comprar al votante del futuro mientras dejan en la estacada a los autóctonos, mientras ellos recogen sus votos, el resto tenemos que pagarlo en seguridad, prestaciones sociales, inversiones extraordinarias, etc. Hay que reconocer que la Dirección de la Mujer también ha puesto su énfasis en intentar que los hombres parezcan mujeres y las mujeres hombres, poco a poco lo va consiguendo. Esas son algunas de sus eficaces políticas sociales.

Afortunadamente, cada vez falta menos para que tengan que rendir cuentas al pueblo, bastaría con tener un poco de memoria. Pero al final acabaremos teniendo lo que nos merecemos. Sólo no queda luchar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada cambia a mejor