Compuesta de europeos de todos los continentes, la comunidad Zentropa se basa en el triple principio de la fidelidad, creación y esperanza. – Fidelidad a los principios de honor, dignidad, respeto, cultura y camaradería constitutivos de la especificidad del hombre europeo y por los cuales tantos han muerto. – Creación de nuevos argumentos, de nuevas formas de expresión y de agitación politico-cultural, nuevas conexiones militantes. – Esperanza, no a la utopía de un mejor mundo, sino de la idea de que los hombres pueden todavía desobedecer a la situación actual.
Trabajando por una nueva comunidad de valores y ética, presentes en el mundo sin nunca estar los complices, los « zentropistas » buscan, guiados por la providencia pero sin dejarse llevar por ella, encontrar el camino de lo bello y defender cada día la suerte de poder mantenerse de pie y el honor de comprometerse con los otros. Sabiendo de donde son y conscientes de lo que son, los militantes zentropistas no son ni sectarios ni rencorosos, preferiendo la política del ejemplo que la del chivo expiatorio. Hemos tomado nota de la imposición de lo malo en la naturaleza humana, comprobando el trágico fracaso de las utopías progresistas, los zentropistas promueven, con obligación mas que con gusto, todas las formas de autoridad y regulación que pueden asegurar una coexistencia soportable entre su cantidad de debilidades que son los hombres. Pareja, familia, clan, comunidad, pueblo, todo lo que hace subir al hombre permitiéndole sacar su cabeza del barro y respirar un aire más puro, está defendido por los zentropistas con el confiado y bienaventurado encarnizamiento de los que luchan por una trascendencia diaria. El Clan zentropista tiende, por una parte, a impedir el aburguesamiento de sus miembros, asegurando una solidaridad material y moral sin fallo entre ellos, mientras que, por otra parte, busca provocar una llamada de atención en sus contemporaneos frente a la futilidad de la comodidad material y al mortífero peligro de pensar que existe un histórico progreso que haría a los hombres modernos ser mejores que sus ancestros, y a sus hijos seres más aptos para orientarse en el mundo que ellos.
Los zentropistas también son los barqueros de relevos de una forma de concepción del propio pensamiento de nuestra cultura, con el fin de que las próximas generaciones tengan aun la posibilidad de revelarse y mantener con orgullo el estandarte de los místicos sobresaltos. Por la música, la imagen, el discurso, el cuestionamiento metafisico o la práctica religiosa, y todas las formas que quedan por descubrir. Zentropa busca hacer renacer la fuerza del lazo de la comunidad, esta increible potencia del amor desinteresado por el otro por el que, más allá de todas las superficiales discrepancias, tiene la misma visión del mundo. Por una comunidad de hombres de pie, en el tumulto de la fiesta como en el caos de los combates, una única palabra : Zentropa !
Trabajando por una nueva comunidad de valores y ética, presentes en el mundo sin nunca estar los complices, los « zentropistas » buscan, guiados por la providencia pero sin dejarse llevar por ella, encontrar el camino de lo bello y defender cada día la suerte de poder mantenerse de pie y el honor de comprometerse con los otros. Sabiendo de donde son y conscientes de lo que son, los militantes zentropistas no son ni sectarios ni rencorosos, preferiendo la política del ejemplo que la del chivo expiatorio. Hemos tomado nota de la imposición de lo malo en la naturaleza humana, comprobando el trágico fracaso de las utopías progresistas, los zentropistas promueven, con obligación mas que con gusto, todas las formas de autoridad y regulación que pueden asegurar una coexistencia soportable entre su cantidad de debilidades que son los hombres. Pareja, familia, clan, comunidad, pueblo, todo lo que hace subir al hombre permitiéndole sacar su cabeza del barro y respirar un aire más puro, está defendido por los zentropistas con el confiado y bienaventurado encarnizamiento de los que luchan por una trascendencia diaria. El Clan zentropista tiende, por una parte, a impedir el aburguesamiento de sus miembros, asegurando una solidaridad material y moral sin fallo entre ellos, mientras que, por otra parte, busca provocar una llamada de atención en sus contemporaneos frente a la futilidad de la comodidad material y al mortífero peligro de pensar que existe un histórico progreso que haría a los hombres modernos ser mejores que sus ancestros, y a sus hijos seres más aptos para orientarse en el mundo que ellos.
Los zentropistas también son los barqueros de relevos de una forma de concepción del propio pensamiento de nuestra cultura, con el fin de que las próximas generaciones tengan aun la posibilidad de revelarse y mantener con orgullo el estandarte de los místicos sobresaltos. Por la música, la imagen, el discurso, el cuestionamiento metafisico o la práctica religiosa, y todas las formas que quedan por descubrir. Zentropa busca hacer renacer la fuerza del lazo de la comunidad, esta increible potencia del amor desinteresado por el otro por el que, más allá de todas las superficiales discrepancias, tiene la misma visión del mundo. Por una comunidad de hombres de pie, en el tumulto de la fiesta como en el caos de los combates, una única palabra : Zentropa !
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