1 de octubre de 2008

La asesina y el cartero


No se trata del título del último thriller para la gran pantalla y a pesar de lo que sugiera la fotografía tampoco se trata de un nuevo idilio amoroso del hombre a una nariz pegado.

La mujer a la izquierda de la fotografía es Maria Petrella. Lleva a sus espaldas el asesinato del policía Sebastiano Vinci, varios atracos y como colofón participó en el secuestro -finalizado en asesinato- de Aldo Moro (líder de Democracia Cristiana) en 1978, todo ello fruto de su militancia en las Brigadas Rojas.

En 1993 escapó a Francia (lugar propicio para el cobijo de terroristas gracias a la doctrina Miterrand) donde ingresó en prisión. Desde entonces Italia ha pedido insistentemente la extradición de Petrella para que cumpla condena a cadena perpetua en este país.

En este último año, dada la posibilidad de ser extraditada a Italia, María Petrella empezó a darle a los trastornos depresivos y suicidas y a pretender “dejarse morir” a la vista de su condena a cadena perpetua.

La opereta roja (que es igual en todos los lados) no quería dejar la oportunidad de volver a apoyar a un asesino y se organizó: conciertos en solidaridad a la terrorista, declaraciones de ciertos políticos y demás tipos de actuaciones se pusieron en marcha… Hasta aquí la normalidad.

Lo sorprendente del asunto es que el propio Nicolás Sarkozy, se implicó en el tema llegando a enviar una carta a su homologo italiano pidiendo el perdón a la terrorista a causa de su “estado de salud” a pesar de que nunca ha mostrado el más mínimo arrepentimiento. Claro que nunca se sabe si esa inesperada decisión del sorprendente Sarko es influencia de su moderna cantautora, pero luego resulta que hay que ir a Afganistán a combatir el terrorismo.

Siguen sin contar los muertos, sigue la doble moral y la injusticia.

¡Maria Petrella púdrete en la cárcel!

1 comentario:

Anónimo dijo...

vergonzoso la hipocresia de las democracias a la hora de combatir el terrorismo internacional, cuando en casa tienen el peor de todos