8 de noviembre de 2008

Frank Rennicke - Heimatvertriebenenlied



Traducción:

"CANCION DE LOS EXPATRIADOS"

1.) Y la mujer joven enterró a su niño pequeño,
uno de los muchos, que han muerto de hambre,
en la huida de la tierra patria,
¿Quién vio todo ese dolor, allá en la cuneta de la carretera?
el hombre volvió de la guerra a casa,
con una sola pierna entra cojeando.
¡Quiera ser el dolor amargo,
yo nunca te volveré a abandonar!"
En el carrito de los niños, que ella empujaba delante de si,
estaban todos los bienes, que les quedaban.
Una niña, dulce y aun no secuestrada;
el último consuelo en el cual cree, en el cual cree.

2.) Un coche de las fuerzas de ocupación pasa por su lado,
un soldado que ríe.
¿Le produce alegría, esta necesidad?
Lanza hacia el polvo un pan.
Los refugiados están muy débiles,
pero la mujer piensa en esta humillación.
Recogerlo lo quiere rápidamente el hombre;
; ¡El pan de la compasión, no lo aceptes!"
¡Esto ha sucedido realmente,
mujeres así las ha habido en los días malos;
y hoy en día esto tampoco es conocido;
expulsados de los sudetes!

Y hoy en ida, mas de 40 años después, se le roba a las personas
alemanas de nuevo su espacio vital dado por dios.
Hoy en ida no se expulsa con violencia, hoy en ida se mandan
a millones de personas de pueblos extranjeros a nuestro país. se
procura el cambio de nuestro pueblo en su aspecto
y su carácter, se destroza la naturaleza, se permite destruir vida
en el seno materno, se instala en tierra alemana, en su
este y oeste bombas y cohetes como en ningún sitio del
planeta; ¡sin consultarlo a nuestro pueblo! ¡se planea! ¡también
esto es un robo a nuestra patria confiada a nosotros,
de manera diferente, pero igualmente metódica!

3.) Por nuestros pueblos se mueven extranjeros,
se comportan, como si ya no fuera nuestra patria.
nosotros estamos en el camino y escuchamos el canto;
extraña suena la palabra, extraño es su sonido.
Nosotros ya no poseemos ni granjas, ni casa, ni campos,
el extranjero lo ha adquirido con dinero humillante.
Pesadamente se escuchan sus pasos en nuestro espacio;
en silencio pesa sobre el pueblo un sueño inquietante.
Tiemblan las almas por triste necesidad ,
El extranjero es el dueño y señor, y fuerte su mandato.
Los sembrados, los prados, los ríos, el bosque;
Perdido esta todo, ayuda no vendrá pronto.

4.) Por eso escuchad nuestras suplicas, escuchad nuestras llamadas,
fue a nosotros a quien se lo ha dado el señor, el que nos creo aquí.
Al cielo levantamos las manos suplicando:
; ¡Pon fin de una vez por todas a esta esclavitud!"
El mundo es tan amplio y grande,
dejadnos a nosotros por lo menos este poquito de patria.
Toda persona de este mundo tiene el derecho,
a la casa de sus padres, a los campos de sus padres.
¡Coged vuestros carros de combate rusos, vuestro dinero de la mafia,
y dejadnos, por lo que mas queráis en este mundo en paz!
coged vuestras bombas de mierda y formas de estado, llevaoslas a casa
y dejadnos solos con nuestras preocupaciones!
Recoged vuestras Snackbars y koljoces,
y dejadnos ser de nuevo alemanes en Alemania!
- En nuestra propia casa.


Letra original:

HEIMATVERTRIEBENEN-LIEDES:

1.Die junge Frau begrub ihr kleines Kind,
eines von den vielen, die verhungert sind,
am Fluchtweg aus dem Heimatland,
wer sah dieses Leid dort am Straßenrand?
Der Mann kaum aus dem Kriege heim,
mit einem Bein nur hinkt er hinein.
Möge der Schmerz auch bitter sein,
;Ich laß´ Dich niemals mehr allein!"
Im Kinderwagen, den voran sie trieb,
war all´ ihr Gut, was ihnen blieb.
Ein Mädchen, zart und nicht geraubt;
der letzte Trost an den sie glaubt, an den sie glaubt.

2.Ein Wagen der Besatzungsmacht vorüber rollt,
ein Soldat der lacht.
Macht es ihm Freude, diese Not?
Wirft in den Staub herab ein Brot.
Die Flüchtlinge sind gar schwach,
doch die Frau denkt an diese Schmach.
Aufheben will es schnell der Mann;
;Das Gnadenbrot, nimm es nicht an!"
Das hat sich wahrlich zugetragen,
solche Frauen gab´s in bösen Tagen;
und ist es heute auch nicht bekannt –
vertrieben vom Sudetenland!
Und heute, über 40 Jahre danach, raubt man deutschen
Menschen erneute ihren von Gott gegebenen Lebensraum.
Heute vertreibt man nicht mit Gewalt, heute schickt
man Millionen von Fremdvölkern in unser Land. Man
sorgt für die Veränderung unseres Volkes in Aussehen
und Charakter, zerstört die Natur, läßt Leben im
Mutterleib zerstückeln, setzt auf deutschem Boden in
Ost und West Bomben und Raketen wie nirgends auf der
Welt; ohne unser Volk zu fragen! Man plant! Auch
dieses ist ein Raub unserer anvertrauten Heimat;
anders, aber ebenso gründlich!

3.Es gehen die Fremden in unseren Dörfern umher,
tun so, als wär´ es unsere Heimat nicht mehr.
Wir stehen am Wege und lauschen dem Sang;
fremd klingt das Wort, fremd ist sein Klang.
Wir haben nicht Hof mehr, noch Haus, noch Feld,
der Fremde hat´s erworben mit schmählichem Geld.
Schwer klirrt sein Tritt in unserem Raum;
dumpf lastet am Volke ein banger Traum.
Es zittern die Seelen in leidvoller Not,
der Fremde ist Herrscher, und hart sein Gebot.
Die Äcker, die Wiesen, die Flüsse, der Wald;
verloren ist alles, kommt Hilfe nicht bald.


4.So hört doch das Flehen, hört unseren Ruf,
uns hat´s der Herr gegeben, der hier uns erschuf.
Zum Himmel erheben wir bittend die Hände:
;So mach´ doch der Knechtschaft endlich ein Ende!"
Wie ist doch die Welt so weit und so groß,
lasset und doch dies´ bißchen Heimat noch bloß.
Es hat ein jeder Mensch auf dieser Welt,
ein Recht auf seiner Väter Haus, seiner Väter Feld.
Nehmt Eure Russenpanzer, euer Mafiageld,
und laßt uns zufrieden um alles in der Welt!
Nehmt Eure Scheißbomben und Staatsformen heim
und laßt uns mit unseren Sorgen allein!
Packt Eure Snackbars und Kolchosen ein,
laßt uns wieder Deutsche in Deutschland sein!
- im eig´nen Haus.

Bardo

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