La normativa de comercialización exige, desde enero de 2004, que los huevos lleven un código que informe sobre el origen del producto. El primer número que nos encontramos indica el modo de cría de la gallina. Hay cuatro tipos de cría:
0: gallinas de producción ecológica, que se rigen por estrictos controles de calidad, similares a los de las gallinas camperas, pero incluyendo alimentación procedente de la agricultura ecológica en un 80% como mínimo y restringiendo el uso de medicamentos.
1: gallinas camperas; las gallinas se crían en naves, pero con posibilidad de salir al aire libre, lo que se aproxima bastante a su hábitat natural. Los peligros pueden proceder de la falta de control en la alimentación, posibilidad de transmisión de enfermedades y ataques de predadores.
2: criadas en suelo; las gallinas se encuentran en naves, donde se pueden mover libremente, pero donde también es más difícil controlar el estado de las gallinas y condiciones ambientales de la nave.
3: indica que las gallinas han sido criadas en batería o jaulas; un sistema que permite producir más huevos y disponer de mayores controles ganaderos y sanitarios, lo que redunda en la calidad de la producción. En este modo de cría, las aves tienen limitada su capacidad de movimiento.
Las tres primeras formas de cría están reguladas por una Directiva comunitaria de 1999 y trasladada a las leyes españolas por un Real Decreto de 2002. Las condiciones de la producción ecológica quedan reguladas por un Reglamento comunitario de 1999.
Al número del tipo de cría, le siguen en la matrícula dos letras, que identifican el país europeo de donde proceden los huevos. Los siguientes dígitos se refieren al código que identifica la explotación ganadera: dos números que informan de la provincia; otros tres números referidos al municipio; y el resto de dígitos que informan de la granja de donde provienen los huevos dentro de ese municipio.
0: gallinas de producción ecológica, que se rigen por estrictos controles de calidad, similares a los de las gallinas camperas, pero incluyendo alimentación procedente de la agricultura ecológica en un 80% como mínimo y restringiendo el uso de medicamentos.
1: gallinas camperas; las gallinas se crían en naves, pero con posibilidad de salir al aire libre, lo que se aproxima bastante a su hábitat natural. Los peligros pueden proceder de la falta de control en la alimentación, posibilidad de transmisión de enfermedades y ataques de predadores.
2: criadas en suelo; las gallinas se encuentran en naves, donde se pueden mover libremente, pero donde también es más difícil controlar el estado de las gallinas y condiciones ambientales de la nave.
3: indica que las gallinas han sido criadas en batería o jaulas; un sistema que permite producir más huevos y disponer de mayores controles ganaderos y sanitarios, lo que redunda en la calidad de la producción. En este modo de cría, las aves tienen limitada su capacidad de movimiento.
Las tres primeras formas de cría están reguladas por una Directiva comunitaria de 1999 y trasladada a las leyes españolas por un Real Decreto de 2002. Las condiciones de la producción ecológica quedan reguladas por un Reglamento comunitario de 1999.
Al número del tipo de cría, le siguen en la matrícula dos letras, que identifican el país europeo de donde proceden los huevos. Los siguientes dígitos se refieren al código que identifica la explotación ganadera: dos números que informan de la provincia; otros tres números referidos al municipio; y el resto de dígitos que informan de la granja de donde provienen los huevos dentro de ese municipio.
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